
El 95% de las mujeres tienen celulitis, así que son muy
pocas las que no la sufren en mayor o menor medida. Si formas parte de
esta estadística te interesará conocer las últimas novedades para
combatirla antes de que llegue el verano.
La
sabiduría popular la ha bautizado como “piel de naranja”. ¿Y es que hay
algo que la describa mejor? Da una idea muy gráfica de cómo se
manifiesta este problema en nuestro abdomen, nalgas, muslos, caderas, rodillas, zona anterior de los brazos, región lumbar incluso en la nuca (cuello de bisonte).
Sin
embargo su fama no impide que muchas mujeres confundan aún términos
como flaccidez, aspecto acolchado o exceso de grasa con celulitis.
¿Por qué aparece la celulitis?
Literalmente,
celulitis significa “inflamación de la célula”, así que no deberíamos
utilizarla pero ha sido una palabra popularmente adoptada y aunque es
un término inexacto su fama prima sobre cualquier otra denominación.
Independientemente
de su peso, cualquier mujer puede desarrollar celulitis porque tiende a
retener líquidos, especialmente tras la pubertad. Si esta retención de
fluido continúa durante largos periodos de tiempo, los depósitos de
grasa engordan y se endurecen formando bultos que pueden resultar
dolorosos al tacto. A estos trastornos cabe añadir un desorden en la
circulación sanguínea que desequilibra el normal funcionamiento de las
células grasas (adipocitos).
Evita siempre que puedas…
· El sedentarismo y cruzar las piernas al sentarte.
· El tabaco. Dejar de fumar es lo mejor, pero si no se puede es conveniente reducir el consumo al mínimo.
· El consumo excesivo de alcohol.
· Usar ropa ceñida. Oprime el cuerpo y obstruye la normal circulación de la sangre.
· Ducharte o bañarte con agua muy caliente. Favorece la flacidez de los tejidos. El agua templada y mejor fría, estimula la circulación sanguínea y reafirma los tejidos.
Combátela activamente
· Haciendo un poco más de ejercicio: quejarse
y no hacer nada no moviliza las grasas. Moverse sí. Descubre las
ventajas de un largo paseo diario o inicia antes de salir de casa un
programa de ejercicios. Si lo prefieres apúntate a un gimnasio: la
obligación de ir establece una rutina muy saludable.
· Comiendo de forma sana y equilibrada. No
te saltes ninguna comida: no adelgaza y en cambio puede desencadenar
carencias en tu organismo. Reduce las grasas e incrementa el consumo de
vitamina E: te aportará grandes beneficios por su
función vasodilatadora y anticoagulante. La encontrarás en las coles de
Bruselas, los vegetales de hojas verdes, los cereales integrales,
almendras, cacahuetes, huevos, pescado crudo, leche y mantequilla.
· Evitando el estreñimiento e incrementando el consumo de frutas y verduras.
· Bebiendo mucha agua. Una solución siempre al alcance de la mano para limpiar tu organismo y favorecer la eliminación de líquidos y toxinas.
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